Al navegar en Internet, dejamos un rastro con posible información sobre nosotros la cual podría ser robada o usada por otras empresas para su beneficio. Si no queremos que se haga un uso indebido de ella, debemos poner en práctica los siguientes consejos:
- Sé cuidadoso con la información que compartes.
- Configura adecuadamente las opciones de privacidad en tus perfiles de redes sociales.
- Conoce tus derechos.
- Sé precavido con tus dispositivos y los lugares públicos.
- Si alguna información publicada sobre ti te está perjudicando solicita su retirada a Google o al servicio que corresponda.
La identidad digital son datos que pueden haber sido publicados por la propia persona y también datos que pueden haber acabado en la red por causas ajenas.
Debemos aprender a valorar y a proteger nuestra información ya que una vez publicada en Internet perdemos su control. La información que publicamos en Internet puede volverse en nuestra contra o ser utilizada para perjudicarnos. Por ello, es importante conocer los riesgos de hacer públicos ciertos datos:
- Datos personales. El DNI o pasaporte son claros ejemplos de datos que no debemos facilitar sin más en Internet. Son datos que si caen en las manos incorrectas, pueden crearnos muchos problemas, por ejemplo, que alguien cometa fraudes suplantando nuestra identidad.
- Correo electrónico. Que nuestro correo deje de ser privado hará que comencemos a recibir cada vez mayor número de spam, mensajes con intentos de engaño (phishing), fraude, etc.
- Datos bancarios. Facilitar nuestros datos bancarios nos puede exponer a una pérdida económica. Seamos muy precavidos con las páginas web donde utilizamos estos datos para realizar compras online y nunca facilitemos este tipo de datos por correo electrónico.
- Ubicación geográfica. Publicar los lugares que solemos frecuentar proporciona información que permite que alguien malintencionado pueda localizarnos en persona o pueda conocer nuestra rutina y hábitos diarios. También permite averiguar en qué momento nos encontramos ausentes de nuestro domicilio.
- Fotografías y vídeos. Nuestras fotografías y vídeos personales contienen mucha más información de la que pensamos: ubicaciones físicas, quiénes son nuestros amigos y familiares, cuál es nuestro nivel económico, qué aspecto tiene nuestro domicilio, gustos, preferencias, etc. No dejemos al alcance de cualquiera este tipo de materiales.
Todos los datos que guardamos en el navegador aportan mucha información sobre nosotros. Por este motivo, existen determinados programas diseñados para robarla. Para incrementar nuestra seguridad, es conveniente que borremos periódicamente estos datos de nuestro navegador o lo configuremos para que directamente no los almacene. Por otro lado, debemos ser conscientes de que navegadores como Chrome, si lo usamos con el perfil de Gmail, da pistas al proveedor del servicio (Google) de muchos de nuestros hábitos de navegación, por lo que recomendamos revisar todos estos aspectos detenidamente.
Para registrarnos en algunos servicios de Internet, en ocasiones se nos pide diversos datos personales: nombre y apellidos, teléfono, fecha de nacimiento, correo electrónico, etc. La ley española obliga a las empresas a proteger estos datos, pero a algunas no les aplica por estar ubicadas en otros países. Por este motivo, debemos valorar antes de darnos de alta en algún servicio, qué datos nos piden y qué uso van a hacer de ellos. Para ello es importante que leamos las condiciones de uso y la política de privacidad del servicio antes de facilitar cualquiera de nuestros datos.
Los dispositivos móviles como tabletas, smartphones o portátiles almacenan gran cantidad de información privada. Si alguien accede a toda esta información conocerá nuestros datos privados e incluso podrá hacerse pasar por nosotros en Internet. Por este motivo es de vital importancia proteger adecuadamente toda esa información que almacenamos en ellos.Una primera barrera de seguridad que podemos implementar es el establecer modos de acceso seguros mediante contraseñas o patrones de pantalla. También una buena práctica sería cifrar toda la información con alguna herramienta. Finalmente, son recomendables las aplicaciones que permiten el bloqueo y el borrado de datos remoto que protegen nuestra información en caso de extravío del dispositivo.
A veces utilizamos equipos ajenos para conectarnos a Internet: locutorios, aulas de formación, hoteles, etc. Además, lugares como aeropuertos, bibliotecas, universidades, hoteles, etc. ofrecen wifi abiertas o públicas a las que nos podemos conectar nosotros y otras muchas personas a las que no conocemos. En todos estos casos, lo más recomendable es evitar el envío de información personal ya que desconocemos el nivel de protección del equipo o de la red. Por poner un ejemplo, alguien con suficientes conocimientos técnicos puede conectarse a la misma red y capturar lo que enviamos, incluso las contraseñas.
Fuente de información: https://www.osi.es/es/tu-informacion-personal#identidaddigital
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